Día del Instituto de Catequistas de María Santísima OSB

LA FUNDACIÓN CATEQUISTAS DE MARÍA SANTÍSIMA, O.S.B.

  1. Cómo se origina una Fundación.

Fundación:  acción o efecto de fundar, de instituir. También, fundación alude al conjunto de obras y trabajos necesarios para asentar los fundamentos de una construcción.

Las fundaciones, desde el punto de vista legal son organizaciones constituidas sin fin de lucro que, por voluntad de sus creadores, tienen afectado de modo duradero su patrimonio a la realización de fines de interés general

Las Fundaciones Canónicas, adquieren personalidad jurídica con su inscripción en el Registro de Entidades Religiosas, deberá constar con un Decreto de Erección, además el nombre, apellidos y estado de los fundadores, si son personas físicas, y la denominación o razón social, si fueran personas jurídicas, y tanto en uno como en otro caso, la nacionalidad y el domicilio; la voluntad de fundar y la dotación; los estatutos de la fundación, en los que figurarán, a su vez, la denominación de la fundación, sus fines, el lugar fijado como domicilio, así como el ámbito territorial en el que ejercerá principalmente sus actividades; el patrimonio inicial de la fundación, su valor y restantes recursos; las reglas conforme a las que vayan a ser aplicados dichos recursos para cumplir con el fin fundacional; el patronato u otros órganos que ejerzan el gobierno y representación de la fundación, las reglas para la designación de sus miembros, sobre todo, deberán constar en los estatutos, las normas especiales (Constitución), respecto de posibles modificaciones estatutarias y transformación o extinción de la fundación.

  1. El fundador

El fundador es la persona que en cuanto tal recibe el llamado para fundar, constituye y define a un Instituto dentro de la Iglesia. Todo fundador tiene un modo particular de vivir el Evangelio. Es respuesta a una vocación personal busca reproducir en su propia vida algún rasgo especial de la vida de Jesucristo y de sus misterios. De allí nace una espiritualidad. Es el mismo Espíritu el que configura al hombre o a la mujer que elige como fundador o fundadora, es decir como instrumento de su acción para hacer surgir en la Iglesia una nueva forma de vivir el Evangelio. Para que haya auténtica vida religiosa y auténtico carisma, debe existir “Una profunda preocupación por configurarse con Cristo para testimoniar una dimensión de ese misterio” (MR 51b).

El fundador tiene una destinación eclesial que se traduce en un aporte característico a la Iglesia. Muchas veces esto se convierte en una respuesta de orden terapéutico a los males que sufren la Iglesia y el mundo. Siendo él dócil al Espíritu, se hace capaz de actualizar la presencia de Cristo en la Iglesia y así colaborar en el auténtico crecimiento de su santidad y dilación en el mundo.

Erigir un Instituto Diocesano significa reconocer el Don de Dios presente en un fundador; abrir una vía genuina de santidad; enriquecer a la Iglesia con un nuevo Don, por eso para conseguir esta aprobación lo primero que se exige es la «utilidad» eclesial.

Las Catequistas de María Santísima

Con un Decreto de Erección “ad Experimentum”, con fecha 23 de diciembre de 1922, dado por el Excmo. Sr. Obispo Dr. Francisco Banegas Galván, reconocidas con el nombre de Catequistas de María Santísima, y en la Curia Romana como fundadora a la Sierva de Dios M. Eugenia, de la Santísima Trinidad, González Lafon.